Menú

Buscar


¡Pasado criminal! Sepa cómo Imnundo González defendía gobierno asesino en El Salvador (+informes)

Escucha esta noticia: 🔊

Tu navegador no muestra audio


Antecedentes del candidato de la ultraderecha salen a la luz
Cortesía Internet

Publicado: 22/05/2024 10:07 PM

Patriota Cooperante: La Gomela

Mansión La Curuba de Oro, Alto de Las Palmas, Medellín.

Excelentísimo Don Capitán Diosdado Cabello Rondón.

Presente.

Le escribe de nuevo, con todo respeto, la embajadora María Catalina Restrepo Pinzón de Londoño, desde mi placentero retiro en la mansión familiar ubicada en el barrio Alto de Las Palmas, del hermoso Medellín. Disfruto de unas almojábanas costeñas que me obsequió una amiga, acompañadas de un jugo de lulo, mientras aprecio el atardecer desde mi ventana.

El propósito de esta misiva es continuar informándole sobre los oscuros sucesos en la vida de Edmundo González Urrutia, dado que, según mi entendimiento, la inteligencia estadounidense busca limpiar su nombre para presentarlo como un inofensivo anciano, apropiado para defender los intereses norteamericanos en su país.

Como mencionamos anteriormente, la formación y las funciones diplomáticas de González Urrutia estuvieron marcadas por la influencia de la CIA. Durante la visita del Secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger a su país, en febrero de 1976, trabajando en la dirección de protocolo de la cancillería venezolana, González Urrutia se encargó de atender a la delegación de periodistas norteamericana. No obstante, muchos de estos supuestos cronistas eran, de hecho, agentes de inteligencia, con los que Edmundo compartía oficio. La Oficina Central de Información (OCI) venezolana agradeció profundamente la colaboración de Edmundo, quien coordinó operaciones de espionaje.

De hecho, hurgando en mis archivos de viejas carpetas encontré esa carta de la que le envío copia.  Interesante, ¿sabía usted que el Dr. Alberto Federico Ravell, regentaba esa oficina para ese entonces? El mismo que también es agente de la CIA y quien robó durante su gestión frente a la OCI, quien, además, lideró una campaña de guerra psicológica contra el presidente Hugo Chávez desde el canal Globovisión y otros medios. Ahora, continúa sus operaciones desde Colombia contra el presidente Maduro.

Además, la visita de Kissinger buscaba fortalecer el "Plan Cóndor", ya que Venezuela jugaba un rol crucial bajo la fachada de “estrechar lazos”, según reportaban los medios. No solo fue un ejercicio de cooperación bilateral, sino que escondía otros objetivos, ahora revelados por documentos desclasificados de los Estados Unidos.

Aún hay documentos de la CIA pendientes de desclasificación que deberán ser revelados, según las leyes de Acceso Público en los Estados Unidos. La conexión de Carlos Andrés Pérez, Edmundo González Urrutia y Alberto Federico Ravell con la CIA fue evidente durante esa visita. Recuerdo con indignación ese oscuro período que se caracterizó por la muerte de estudiantes que protestaban en varias ciudades venezolanas, como Caracas, Barquisimeto, San Felipe y Mérida, a manos del Estado.

Por eso no es bueno que olvidemos la participación de González Urrutia en El Salvador, donde llegó a ser Encargado de Negocios en 1981, bajo la dirección de otro periodista y agente, Leopoldo Castillo, apodado “El Matacuras”. Durante su gestión, ocurrieron eventos extraños y frecuentes violaciones a los Derechos Humanos en el país centroamericano.

González Urrutia siempre justificó las operaciones militares contra los campesinos, incluso a finales del 81 enviaba informes a sus superiores recomendando que se apoyara al Gobierno de Facto salvadoreño que estaba siendo juzgado por delitos contra los Derechos Humanos. Ahí le mando la copia de un telex que me encontré en mis viejas carpetas que le comenté.

Espero poder seguir comunicándome con usted y proporcionarle más detalles en futuras cartas. 

Me despido atentamente con la esperanza de volver a comunicarme con su merced en la brevedad que los  acontecimientos me lo permitan.

Aprovecho la ocasión para reiterarle las certezas de mi más alta estima y consideración…