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“Nuevo” Dicom, tipo de cambio y remesas: Un asunto de histéresis política



Publicado: 08/01/2018 10:08 AM

El pasado viernes 5 de enero se anunció que se activará un “nuevo sistema Dicom”. Literalmente, el anuncio fue que el Presidente autorizó a la Vicepresidencia de la República y la de economía y finanzas “presentarle al BCV (Banco Central de Venezuelaa primera hora del próximo lunes (8 de enero) el nuevo sistema Dicom.”

En el marco de dicho anuncio, también se dijo que el “nuevo” Dicom incluirá “mecanismos de participación directa de todas las empresas privadas del país”. Sin embargo, en el fondo, la principal noticia más allá del retorno del Dicom en sí, fue que éste permitirá “aceptar las remesas internacionales”.

Al día siguiente también se informó que la entrada en vigencia del “nuevo” Dicom junto al Petro “significará la muerte definitiva de esa asquerosidad llamada Dólar Today” pues “se establecerá un precio de referencia (…) para que las personas puedan intercambiar criptoactivos o divisas, de una forma que se aleje de Dólar Today”.

Desde luego, todo eso está por verse. Y falta se explique en qué consistirá exactamente éste “nuevo” Dicom. Habrá que ver, por ejemplo, qué incentivos establece para estimular la participación de las empresas privadas. Y habrá qué analizar que incentivos y facilidades en esta dirección han existido, y no obstante, la participación de los empresarios siempre ha sido marginal y solo como compradores, más no como oferentes de divisas.

Por otra parte, suponemos no se recurrirá esta vez al mecanismo de las subastas, básicamente porque en ocasión de la paralización del anterior Dicom se aseguró que no se volverían a usar. Y también suponemos -tal y como se advirtió en aquella misma oportunidad- que habrá una canasta de monedas y no solo se ofertará la norteamericana.

Pero como dijimos, debemos esperar se explique de qué va el “nuevo” Dicom para dilucidar estas interrogantes. No obstante, mientras esperamos, no está de más asomar algunas cosas con respecto al tema de las remesas y según lo dicho hasta ahora:

  1. Debemos estar claros que lo de las remesas es un asunto histórico, pues nuestro país siempre ha sido –al menos desde los años cincuenta- un exportador neto de remesas familiares, dentro del marco más general de la fuga de capitales. No es que nadie nunca haya enviado remesas a sus parientes en Venezuela, sino que el número de quienes las enviaban para afuera era por mucho superior. En los últimos cinco años esto se alteró radicalmente. Se estima que en la actualidad la segunda forma de entrada de divisas al país son las remesas, tal y como ocurre en la mayoría de de la región. No es un dato para sentirnos orgullosos.
  2. La lógica indica que la única manera de hacer atractivo a quienes se encuentran fuera del país el enviar remesas a sus familiares en el marco de los mecanismos del “nuevo” Dicom, es que en éste se asuma un tipo de cambio igual o muy cercano al del paralelo. En la actualidad, existen muchas vías informales para enviar remesas, desde físicos (encomiendas) hasta digitales (gente que recibe dólares en cuenta y transfiere bolívares a cuentas nacionales), todos los cuales toman como referencia el paralelo. De lo que se presume que se autorizará de nuevo el uso de casas de cambio y que estás operaran, como hemos dicho, con tipos de cambio equivalentes a éste último, pues de lo contrario no tendría sentido.
  3. De ser el caso que se asuma un tipo de cambio equivalente al paralelo, deben las autoridades estar claras de al menos dos consecuencias: la primera es el impacto inflacionario de semejante ajuste cambiario, difícil de estimar en medio de un contexto de incertidumbre, confrontación política, puja distributiva y expectativas inflacionarias como el que vivimos.
  4. Y no menos importante: se creará automáticamente y legitimará la existencia de un nuevo tipo de desigualdad y jerarquía social, que implica la existencia de unos receptores de remesas con ingresos tasados al nuevo tipo de cambio, por una parte, mientras por otra, el resto de los asalariados y asalariadas con salarios para nada equivalentes a sus pares internacionales al actual paralelo. De más no está decir que ello se convertirá en un nuevo estímulo a la emigración, en especial para el caso de los profesionales.
  5. Pero aún suponiendo se oficialice el paralelo en este “nuevo” Dicom, tal y como ha sido la aspiración de muchos tanto dentro como fuera del chavismo, no hay garantías de que el mecanismo funcione, en el sentido que los venezolanos y venezolanas en el extranjero se animen a enviar sus remesas por esta vía. Más que una cuestión de disociación psicótica se trata de un asunto de histéresis política. Por histéresis se entiende en física la tendencia de un material a conservar una propiedad aún en ausencia del estímulo que la ha generado. La histéresis magnética es tal vez el ejemplo más común, ese fenómeno consistente en que un objeto ferroso mantenga propiedad magnética después de retirado el imán que se la indujo. Así la cosas, incluso si desde el punto de vista racional enviar las remesas por el Dicom sea más rentable y seguro, muchos no lo harán porque no confían en el gobierno, porque asumen que no hacerlo es una forma de oponérsele, o por ambas cosas a la vez. De tal suerte, el no mandar dinero por esa vía se convertirá en un acto político de “rebeldía”, tal y como en su momento lo fue raspar cupo Cadivi o lo es aún acaparar, especular o no pagar impuestos. Los formadores de opinión oposicionistas ya trabajan desde el primer día del anuncio en esta dirección, abonando sobre una consciencia colectiva ya de por sí histerética y predispuesta por cinco años de propaganda de guerra tanto como de las idas y vuelas de la política económica.
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