Malaverismos: A veces llegan cartas
Publicado: 24/04/2022 06:00 AM
Los miembros caídos de la oposición, en sus diferentes especialidades: economistas, millonarios, periodistas y otros, se han dado a la tarea de escribirle al presidente Biden para que afloje o para que apriete el bloqueo y las sanciones.
- Carta de la oposición venezolana, presiente
- ¿Cuál de tantas?
- Déjeme revisar.
- Revisa, porque ahí hay oposiciones de todo tipo. Hay fracciones de Economistas, millonarios, periodistas. Y todos se la pasan pidiendo.
- Eso es cierto, presidente.
- Entre las oposiciones venezolanas y Zelenski, nos van a llevar a la ruina.
Es el secretario del presidente Joe Biden quien está con él en el salón presidencial. A veces Biden se equivoca y se mete en el Salón Oval.
- Son dos cartas, Presditne.
- Explícate.
- Una es de la fracción de los economistas venezolanos, pidiendo que aflojen un poco las sanciones, porque no han tenido el resultado previsto.
- Claro, con esa gente no se puede tener ningún resultado.
- Y la otra es de la fracción millonaria, pidiéndole que apriete las sanciones. Dicen que las profundice porque la dictadura va a caer, seguro que va a caer.
- Esa seguro viene firmada por un tal Antonio Ledezma. Ese después que se toma dos botellas de vino le da por tumbar a Maduro, solo que el vino y todo lo demás se lo pagamos nosotros.
- Y ¿qué hago con ellas, presidente?
- Déjalas por ahí. Seguro que ya se están matando entre ellos. Por eso la segunda carta es respuesta a la primera. Nunca se ponen de acuerdo.
- Presidente, y si le decimos que se pongan de acuerdo en aflojarlas o en apretarlas.
- Buena idea. Así se matan entre ellos y se olvidan de nosotros.
- Sí, presidente, pero no se olvide que Juan Guaidó es nuestro presidente en Venezuela.
- Ese caso que nos dejó Trump no se lo voy a perdonar nunca.
- Y la verdad es que da mucha pena ese señor, presidente.
- Es verdad. Pero es nuestra pena y nuestra vergüenza.
El secretario se despidió y se llevó las cartas para su oficina, y el presidente Biden empezó a caminar hacia su escritorio, y como siempre, se equivocó y se fue al Salón Oval a saludar a algún amigo invisible.
ROBERTO MALAVER