Malaverismo: Setenta y ocho años de soledad
Publicado: 15/09/2019 06:00 AM
Muchos años después, frente al
carnet de Acción Democrática, el adeco Atanasio Buendía, había de recordar
aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer la Romería Blanca.
Allí estaba sentado en su ture,
en la puerta de su casa, en El Tirano, Isla de Margarita, con la cara gacha y
la mirada perdida.
-No hay derecho. Este Ramos Allup
acabó con el partido del pueblo
Así dice cuando me le acerco.
Guarda su carnet del partido en el bolsillo de la camisa y sigue diciendo:
-No sé cuántos años tiene como
secretario general del partido. Solo sé que se dedicó a acabar con él. Un
partido que era la alegría de nosotros. Un partido donde estuvo ese gran líder
que fue Rómulo Betancourt, y llegó este hombre y lo destrozó. Ahora uno no sabe
si el que está cumpliendo años es el partido o es él, porque desde hace muchos
años es el que lleva la voz cantante. Habla y dice sus cosas tratando de imitar
el gran líder que fue Betancourt, pero sabe que no puede con él.
Dirige su mirada al mar que lo
tiene al frente. Rememora y dice:
- Aquellas Romerías Blancas
formaban parte de la tradición del partido, ahora van cuatro gatos a la casa
del partido en El Paraíso, en Caracas, a escucharlo a él. Allí estuvo casi
solo, hablando como un loco y amenazando siempre a Maduro. Ya antes, cuando fue
presidente de la Asamblea Nacional en Desacato, perdón, Asamblea Nacional, dijo
que en seis meses salían de Maduro, después dijo que él no había dicho eso.
Antes también había prometido unas pruebas para demostrar que hubo fraude en el
referéndum, y nunca las mostró, y sigue diciendo cosas, es cierto, que un
político no tiene que decir siempre la verdad, pero diciendo mentiras, Ramos
Allup abusa.
La señora de Atanasio se acerca
con dos tazas de café y nos las ofrece, y ve tan triste a Atanasio y le dice:
-Tampoco es para que te pongas a
llorar Atanasio. Ya eso se acabó, mijito.- Y se marcha.
Atanasio Buendía toma un sorbo de
café y dice:
-Eso no se le hace a un partido como
AD.
En el pueblo nadie se acordó de
los 78 años del partido. Ni una bandera blanca se vio por ninguna parte. Aquel
viernes 13 era un viernes normal en el pueblo.
-Para mí fue una especie de
viernes negro- dijo Atanasio, y sigue con la mirada perdida en el mar.
Dicen que Atanasio, el viernes
13, colocó el himno del partido en un aparato de sonido que tiene en su casa,
pero que su esposa Chepona, en cuanto lo escuchó lo apagó y dijo:
-Eso empava. En esta casa no se
escucha más esa cosa. Y quema ese carnet, que de nada te sirve.
El hombre, en su tristeza, saca
otra vez el carnet del partido y lo mira. Se queda un rato viéndolo y luego lo vuelve a guardar en el bolsillo.
-Lo peor es que este Ramos Allup
le levantó el brazo al autoproclamado, eso no se había visto nunca en el
partido. Y ahora, en el 78 aniversario, solo estaban allí cuatro gatos
acompañándolo. Y menos mal que el escándalo de las fotos del autoproclamado con
los miembros de la banda de Los Rastrojos, permitió que nadie se acordara del
fracaso de nuestro aniversario. Y después, Ramos Allup justificando esas fotos.
Es lo peor que le ha pasado al partido. De paso, uno no sabe quién se
desprestigió más en esas fotos, si la banda de Los Rastrojos, o la banda de Los
Autoproclamados.
Se pone de pie. Me mira y dice:
-Estos setenta y ocho años los
pasamos en soledad. Mucha soledad y tristeza, y unas ganas inmensas de ponerme
a llorar.
Toma su ture y se va con él rumbo
a su casa.