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La lucha por la re-existencia rural

Las luchas de los Pueblos no se limitan a su "reconocimiento" por parte de un Estado.
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Publicado: 29/06/2022 03:46 PM

A esta altura de la historia, pocas dudas caben sobre la resistencia, luchas, conformaciones políticas, sociales y culturales, que los campesinos, indígenas y afrodescendientes han sido capaces de generar. Sus batallas ya no son sólo por la tierra y la persistencia en la producción agraria, la preservación de sus culturas, sus modos de vida y su forma de concebir e interpretar el mundo.  

En la lucha por la tierra que recorre el continente, han defendido la tierra, el territorio y el agua; y en estos tiempos de la colonización extractiva, están en manos de agronegocios, de las inversiones forestales, que nuevamente como hace 300 años, amenazan con la devastación.

Es por esto, que es necesario revisar con una mirada crítica, dejar el reduccionismo de verlo sólo desde las políticas del desarrollo que plantea el sistema capitalista, que concibe el mundo como una totalidad y sólo acepta su forma de vida, sometiendo a todo aquel que no viviera de esa manera, borrando sistemáticamente la cultura originaria y rural.

Por siglos, de forma silenciosa se ha buscado la anulación de los Pueblos originarios, en mayor o menor proporción de acuerdo al grado de su rebeldía. Vistos como comunidades incultas, salvajes, como objetos a civilizar; buscando incluso mercantilizar sus tradiciones y formas de vida desde su cosificación como sujeto, así vemos como existen regiones en donde su vida y costumbre no es valorada como cultura ancestral sino como “folklore”, porque cultura es lo que tienen las sociedades civilizadas (blancos y de ciudad).

Entonces, hablar de campesinos, indígenas y afrodescendientes hoy en América Latina, es traspasar la frontera de pensarlo sólo como un actor productivo, para verlo como un sujeto político que tiene la capacidad de resistir y superar la historia de su dominación. Así, las luchas ya no se limitan a su "reconocimiento" por parte de un Estado, sino a su constitución política plena como sujetos en un nuevo tipo de Estado y sociedad.

Este reconocimiento del sujeto pleno, plantea que la tenencia de la tierra y el territorio es por una forma de vida, pasando de la comprensión del sujeto productor a la del sujeto político, en la medida que es necesario redefinir no solamente su participación económica, como productor individualizado, sino también su participación política, como actor colectivo. 


AMELYREN BASABE