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La diplomacia guerrerista estadounidense: Operaciones de falsa bandera (2)

La intromisión norteamericana en latinoamerica ha traído miseria, conflictos y desestabilidad a la región
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Publicado: 21/04/2023 08:20 PM

El objetivo norteamericano de tener su patio trasero en Latinoamérica no es un discurso vacío de la izquierda, tal y como lo evidencia la historia contemporánea, la intromisión en los países suramericanos ha traído miseria, conflictos y desestabilidad por la terquedad de EEUU de apropiarse de sus riquezas y potencialidades.

De acuerdo a la revisión histórica realizada, se profundizó sobre los eventos ocurridos en nuestros países del sur respecto a las intervenciones en los últimos años, así podemos recordar algunas situaciones:

El 24 de marzo de 1976 se inició un golpe de Estado en Argentina ejecutado por las Fuerzas Armadas y sectores civiles, principalmente del empresariado y la iglesia católica. El golpe militar derrocó a todas las autoridades constitucionales, nacionales y provinciales, incluyendo a la presidenta justicialista María Estela Martínez de Perón.

Además, impuso mediante una política de violación sistemática de los derechos humanos, en línea con la doctrina de la seguridad nacional elaborada por EEUU, articulada continentalmente mediante el Plan Cóndor. La dictadura produjo miles de desapariciones, asesinatos, torturas, violaciones, apropiación ilegal de menores y exilios forzosos, que han sido judicialmente calificados como genocidio. Este golpe contó con el apoyo de los principales medios de comunicación privados y grupos económicos y la iglesia católica.

El gobierno de EEUU apoyó el golpe de Estado de 1971 en Bolivia encabezado por el general Hugo Banzer que derrocó al gobierno militar de Juan José Torres, que había disgustado al país norteamericano al convocar una Asamblea del Pueblo, en la que estaban representados diversos sectores de la sociedad (mineros, maestros sindicalizados, estudiantes, campesinos), liderando al país en lo que se percibió como una dirección de izquierda. Banzer tramó un sangriento levantamiento militar a partir del 18 de agosto de 1971, que logró tomar las riendas del poder el 22 de agosto de 1971. Para lograrlo, EEUU proporcionó una amplia ayuda militar para torturar, desaparecer y asesinar miles de ciudadanos y también cerrar sindicatos y universidades. Torres, que había huido del país, fue secuestrado y asesinado en 1976 como parte de la Operación Cóndor, la campaña de represión política y terrorismo de Estado apoyada por EEUU y dictadores militares sudamericanos.

Más recientemente, la renuncia del presidente Evo Morales, como consecuencia de una insurrección civil y de opositores, más la sugerencia pública por parte de la cúpula militar, policial y sindical, ha sido también considerado como un golpe de Estado respaldado por EEUU y la Organización de Estados Americanos (OEA), que terminó en el respaldo a Jeanine Añez como presidenta encargada.

Costa Rica fue el único país de América Latina que nunca tuvo un gobierno autoritario duradero en el siglo XX. Su única dictadura durante el período fue después del golpe de Estado costarricense de 1917 liderado por el ministro de Guerra Federico Tinoco Granados​ contra el presidente Alfredo González Flores después de que González intentara aumentar los impuestos a los ricos, duró solo dos años en el poder.

Años más tarde, el médico socialcristiano Rafael Ángel Calderón Guardia del Partido Republicano Nacional llegaría al poder, impulsando una reforma social general y aliado al Partido Comunista del país caribeño.​ Las tensiones entre el gobierno y la oposición, apoyada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), provocaron una guerra civil costarricense de 1948 que acabó con el gobierno de Calderón y condujo al breve gobierno de facto de 18 meses de José Figueres Ferrer.

La primera ocupación estadounidense de República Dominicana se produjo entre 1916 y 1924. Fue una de las numerosas intervenciones en América Latina realizadas por las fuerzas militares estadounidenses. El 13 de mayo de 1916, el contraalmirante William Banks Caperton obligó al secretario de Guerra de la República Dominicana Desiderio Arias, quien había ocupado el cargo durante el gobierno de Juan Isidro Jimenes Pereyra, a abandonar Santo Domingo bajo la amenaza de realizar un bombardeo naval a la ciudad.

La segunda invasión estadounidense de República Dominicana (1965-1966), llamada Operación Power Pack, por las Fuerzas Armadas de EEUU comenzó con la entrada del cuerpo de Marines en Santo Domingo el 28 de abril de 1965 a la que se le unió la División Aerotransportada del Ejército norteamericano, la intervención terminó en septiembre de 1966, cuando dicha División se retiró, que era el último remanente de ocupación estadounidense en el país.

En El Salvador, después de varios levantamientos campesinos y obreros contra los gobiernos antidemocráticos en 1932, bajo el control de los intereses de empresas estadounidenses como la United Fruit Company y con la aparición de figuras como Farabundo Martí que lideraron estas revueltas sociales y fueron violentamente aplastadas, los esfuerzos por tomar el poder democráticamente se vieron frustrados por la intervención de EEUU. La tensión en el país se mantuvo por el inicio de una guerra civil que se extendió con gobiernos respaldados por el país norteamericano.

En 1953 los campesinos y trabajadores de Guatemala se rebelaron debido a las duras condiciones de vida y al abuso de los terratenientes y de la empresa United Fruit Company, apoyada por el gobierno en funciones. La revuelta fue brutalmente reprimida y condujo a la elección democrática de Jacobo Árbenz, derrocado durante el golpe de Estado de 1954 respaldado por EEUU que llevó a gobiernos autoritarios y casi 40 años de guerra civil patrocinados por el país norteamericano tal como en El Salvador. Luego, en 1984 el presidente estadounidense Ronald Reagan, quien buscaba prevenir la propagación del comunismo en países centroamericanos, se reunió oficialmente con el dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt, acusado de crímenes de lesa humanidad, dando un fuerte apoyo a su régimen.

Las relaciones de Haití con el país del norte mejoraron después de la ascensión de Jean-Claude Duvalier a la presidencia, y luego se deterioraron bajo la administración de Carter, solo para mejorar nuevamente con Ronald Reagan debido a la fuerte postura anticomunista de los Duvalier. La rebelión contra el régimen de Duvalier estalló en 1985 y en enero de 1986, la administración de Reagan comenzó a presionar a Duvalier para que renunciara a su gobierno y abandonara Haití así que huyó a Francia en 1986 en un vuelo de la Fuerza Aérea estadounidense.

Ocho meses después de lo que se consideró la primera elección honesta celebrada en Haití, el recién elegido presidente Jean-Bertrand Aristide fue depuesto por el ejército haitiano, los líderes golpistas habían recibido entrenamiento militar en el país norteamericano; pero después de las elecciones de EEUU en 1992, Bill Clinton llegó al poder y éste apoyó el regreso de Jean-Bertrand Aristide al poder, y su administración fue activa para el regreso de la democracia a Haití. Hasta la actualidad, Haití sigue viviendo una injerencia permanente que ha impedido la estabilización económica y social de la isla.

La ocupación estadounidense de Nicaragua de 1912 a 1933 fue un acontecimiento histórico encuadrado en las llamadas guerras bananeras, en las que el Ejército norteamericano intervino en varios países de la América Latina entre 1898 y 1934. La ocupación oficial del país centroamericano comenzó en 1912, aunque los estadounidenses ya lo habían atacado en varias ocasiones antes. El objetivo de las operaciones militares de EEUU en ese país era asegurarse la construcción del Canal de Nicaragua y evitar que la llevase a cabo otro país.

En virtud de la firma del Tratado Bryan-Chamorro en 1916, Nicaragua quedó sometida a un régimen de casi protectorado. El estallido de la Gran Depresión en 1929 y el hostigamiento que sufrían las fuerzas estadounidenses a manos de la guerrilla de Augusto Calderón Sandino hicieron que la ocupación se hiciese demasiado costosa para el gobierno estadounidense y en 1933 decidió ponerle fin. Después de la Revolución Sandinista que derrocó al dictador Anastasio Somoza, los nicaragüenses lucharon contra las guerrillas opositoras apoyadas por EEUU.

En 1903, EEUU ayudó a la separación de Panamá de la República de Colombia. La secesión fue diseñada por una facción panameña respaldada por la Compañía del Canal de Panamá, una corporación franco-estadounidense cuyo objetivo era la construcción de una vía fluvial a través del istmo de Panamá, conectando así los océanos Atlántico y Pacífico. En 1903, EEUU firmó el Tratado Herrán-Hay con Colombia, otorgándose el uso del Istmo de Panamá a cambio de una compensación financiera. El Canal de Panamá ya estaba en construcción y la Zona del Canal fue tallada y colocada bajo la soberanía estadounidense y devolvió la zona a Panamá en el año 2000.

El Partido Colorado de Paraguay gobernó ese país durante 65 años consecutivos, incluida la brutal dictadura de Alfredo Stroessner, apoyada por EEUU​ que duró 35 años hasta 1989. Pero luego el país del norte apoyó un golpe de la "facción tradicionalista" contra el dictador. Este sistema autoritario del partido dominante se rompió temporalmente en las elecciones generales, eligiendo al ex obispo Fernando Lugo del Partido Demócrata Cristiano como presidente de Paraguay,​ quien sin embargo sería sometido a juicio político orquestado por asesores norteamericanos antes de finalizar su período.

En el Perú, luego del triunfo de Víctor Raúl Haya de la Torre de la izquierdista Alianza Popular Revolucionaria Americana en las elecciones presidenciales de 1962, quien fue depuesto por opositores conectados con la CIA y se estableció la dictadura de Ricardo Pérez Godoy, el país andino ha vivido en constante inestabilidad debido a gobiernos como el de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, apoyados por la CIA hasta la actualidad. En 2022, luego de asumir la presidencia Pedro Castillo propone disolver el Congreso para promover cambios estructurales en ese país; lo que dio pie al desarrollo de una moción de destitución como resultado de una campaña de presión con apoyo de EEUU. Para este plan se prestó la vicepresidenta elegida Dina Boluarte, quien sigue en funciones de presidencia apoyada por el país norteamericano a pesar de las protestas permanentes en las calles y centenares de muertos.

Luego de 150 años de gobiernos de partidos políticos, comenzó una dictadura cívico-militar en Uruguay (1973-1985) respaldada por EEUU y después de un golpe de Estado en 1973 liderado por militares que suprimieron la Constitución de 1967 de ese país, designando al presidente Juan M. Bordaberry como dictador. Para ese momento, dirigentes sindicales y opositores políticos fueron detenidos, asesinados o exiliados, y las violaciones de derechos humanos fueron abundantes.​ La democracia se restableció en las elecciones generales uruguayas de 1984.

En 2009 el presidente de Honduras, Manuel Zelaya propone una consulta popular para el mes de junio sobre la posible elección de una Asamblea Constituyente con el fin de modificar la Constitución de 1981. En caso de respuesta positiva se agregaría una cuarta urna en las elecciones de noviembre de 2009 para ratificar la voluntad popular. Para el momento Zelaya se enfrenta a la hostilidad del Tribunal Supremo Electoral, de la Fiscalía General, de la Corte Suprema de Justicia y del Congreso Nacional, bajo control de los conservadores que se oponen a toda reforma constitucional.

El ejército se niega a distribuir las urnas durante la consulta prevista el 28 de junio, obligando al presidente a importar el material desde Venezuela y ocasionando una crisis política con la renuncia del ministro de Defensa y de los jefes de los tres ejércitos. El 28 de junio de 2009 el presidente Zelaya es víctima de un golpe de Estado orquestado por Washington y la oligarquía hondureña, opuestos al acercamiento con la izquierda latinoamericana. Expulsado a Costa Rica, es sustituido por Roberto Micheletti a la cabeza del país hasta el fin de su mandato en enero de 2010.

El gobierno estadounidense se ha caracterizado por emitir juicios sobre los asuntos internos de los países del mundo. En el caso de Venezuela, ha mantenido una política hostil desde que el líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez llegó al poder para establecer la revolución socialista que actualmente es liderada por Nicolás Maduro.

La declaración de nuestro país como una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de la nación norteamericana, en una orden ejecutiva suscrita en 2015 por el entonces presidente Barack Obama ha promovido una serie de acciones desestabilizadoras desde el golpe de Estado en abril de 2002; el plan la salida en 2014, las manifestaciones violentas de 2017 y las 763 sanciones políticas y económicas que hasta hoy se mantienen vigentes.

AMELYREN BASABE / REDACCIÓN MAZO