Hugo Chávez Frías, el gigante que le devolvió la dignidad al pueblo
Publicado: 28/07/2020 12:00 AM
El 28 de julio de 1954
Venezuela se iluminó por los llanos, exactamente en Sabaneta de Barinas. Ese
día nació un ser que cambiaría la historia del país. Se trata de Hugo Rafael
Chávez Frías, cuyo 66 años de natalicio se conmemora este martes.
Era el segundo de los seis hijos del matrimonio de Hugo de los Reyes Chávez y
Elena Frías. Vino al
mundo en el seno de una familia muy humilde, sus padres eran maestros de
educación primaria.
Hugo
fue criado en gran parte por su abuela Rosa Inés Chávez, quien ejerció una
marcada influencia en su formación. Desde pequeño fue trabajador, como él mismo
contó en varias oportunidades en su programa Aló Presidente, cuando recordaba
sus travesuras de niño.
“Mi abuela terminaba las arañas y yo salía
disparado (…) ‘Arañas calientes’, no sé qué más. Y le agregaba coplas: “Arañas
calientes pa’ las viejas que no tienen dientes”, “arañas sabrosas, pa’ las
muchachas buenamozas”, cosas así. Arañas calientes, araña dulce, pa’ no sé
qué”, narró en más de una oportunidad, recoge el libro Cuentos del Arañero.
Era un amante del
beisbol, de hecho era pítcher zurdo, quería ser como el Látigo Chávez, un
extraordinario lanzador de los Navegantes del Magallanes, equipo del que era
fanático. Se vino a Caracas con el sueño de ser un jugador profesional. El 8 de
agosto de 1971 ingresó a la Academia Militar, pero el destino lo llevó por otro
rumbo, lo hizo militar y de los buenos, de los que llevan en la sangre, en el
corazón y en la mente el ideal bolivariano.
El 5 de
julio de 1975, Chávez recibió el título de licenciado en Ciencias y Artes
Militares, en la especialidad de Ingeniería, mención terrestre, egresando con
el grado de subteniente. “Recién se graduó empezaron sus contactos con algunos
civiles de izquierda, casi siempre orientado por su hermano Adán”, describió
Eleazar Díaz Rangel en su libro Todo Chávez de Sabaneta al Socialismo del Siglo
XXI.
Y es
que ya desde niño y en la academia, el Arañero de Sabaneta había dado muestra
de su carácter revolucionario. En "La Casa de los Sueños
Azules" cultivó el amor por la patria y descubrió que su verdadera vocación
era ser soldado.
Un 17
de diciembre de 1982 Hugo Chávez juró ante el Samán de Güere romper las cadenas
“que oprimen a mi pueblo por voluntad de los poderosos. Elección popular,
tierras y hombres libres, horror a la oligarquía”.
Un año
después, Chávez crearía un movimiento clandestino revolucionario y bolivariano,
con el objetivo de liberar al pueblo venezolano de la desigualdad, la pobreza y
la dominación oligárquica.
Se trató del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200. El
MBR-200, fundado el 24 de julio de 1983, justamente el día en que se
festejaba el año doscientos (200) o el ducentésimo aniversario del natalicio
libertador Simón Bolívar.
Esta
organización tuvo su origen en el seno de la entonces Fuerzas Armadas
Nacionales. Entre sus integrantes se encontraban comandantes, mayores,
capitanes y tenientes. El movimiento rescató el ideal de Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, de cuyos
pensamientos retomaron el concepto de soberanía, pedagogía liberadora y defensa
del pueblo.
Durante
años y en la clandestinidad Chávez continuaría su lucha en defensa del pueblo.
Con dolor vio como el 27 de febrero de 1989 las armas del ejército venezolano
fueron levantadas contra el pueblo en los sucesos de El Caracazo, y como además
el pueblo continuaba viviendo en la miseria.
En esta
situación de descontento y ante la necesidad de cambiar el rumbo del país, el 4
de febrero de 1992 un grupo de oficiales decidió alzarse en armas contra el entonces
presidente Carlos Andrés Pérez.
La
historia de Venezuela cambiaría para siempre, luego de que el teniente coronel
Hugo Chávez Frías, con apenas 38 años de edad, asumiera la responsabilidad de
la rebelión cívico-militar que encabezó para devolverle la dignidad al pueblo.
Al
públicamente reconocer que “lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos
planteamos no fueron logrados en la ciudad capital”, y con su valentía asumir
“ante el país y ante ustedes”, “la responsabilidad de este movimiento militar
bolivariano”, devolvió la esperanza a millones de personas hiriendo mortalmente
al puntofijismo que llegaría a su fin el 6 de diciembre de 1998 cuando fue
electo por primera vez Presidente de Venezuela.
El 6 de
diciembre comenzó una nueva etapa para Venezuela, la de la Revolución
Bolivariana. Un período que se ha caracterizado por el respeto a los derechos
humanos, la defensa de la soberanía nacional, la construcción de viviendas
dignas para el pueblo, el respeto y la inclusión de los pueblos indígenas, la
aprobación de una Constitución con el voto del poder popular, así como la
participación protagónica del pueblo en temas sociales, económicos, políticos y
demás áreas del interés nacional. Así como la integración latinoamericana.
Una
Revolución cuyo pilar fundamental es el pueblo, la justicia, la igualdad. Y
todo esto ha sido posible porque un día como hoy nació Hugo Rafael Chávez
Frías, el hombre que rescató a Bolívar y sus ideales.
Chávez,
el hombre valiente, que enfrentó y venció al imperialismo estadounidense que quiso
impedir su triunfo electoral en 1998, y que luego durante 15 años conspiraron
para derrocarlo. Nunca lo lograron, porque si
con algo contó siempre el Gigante suramericano fue con su pueblo, uno
que lo amó y aún hoy lo ama, y defiende su legado.
Y como
no amar al hombre que con el corazón en la mano amó a su pueblo con locura.
“Qué grandeza la del pueblo de Simón Bolívar. Qué grandeza la del pueblo venezolano. Qué grandeza la de ustedes. Verdaderamente, cada día, amo más al pueblo venezolano. Cada día que pasa me siento, y nos sentimos comprometidos nosotros, con ustedes queridos compatriotas. Con ustedes hombres, mujeres y niños de esta Venezuela renaciente. De esta Venezuela que vibra. De esta Venezuela que se levanta. Cada día me convenzo más de que bien vale la pena ser un soldado del pueblo y bien vale la pena ser un soldado bolivariano”, expresó El 25 de julio de 1999. Un amor que se volvió eterno.
YULEIDYS HERNÁNDEZ TOLEDO