Hugbel Roa: El poder de la ironía
Publicado: 02/06/2020 10:25 PM
Como ironía solemos definir las situaciones o
hechos que son totalmente antagónicos a las expectativas que se esperan, puede
ser de manera retórica o metafóricamente como las expresemos, pero cuando esas
ironías son expresión fidedigna de la realidad, su intensidad suele ser
aleccionadora. Los EEUU viven un momento en el cual afloran las más
inverosímiles ironías.
“El salvador del mundo libre”
Por lo menos para la cultura occidental de la
segunda mitad del siglo XX los EEUU representaban precisamente eso. La pandemia
del COVID-19 mostró al gigante con pies de barro, incapaz de proteger a su
propia población, la clase política se mostró irresponsablemente criminal, no
se adoptó ninguna de las medidas de protección temprana que recomendó la OMS en
su momento, por el contrario, se minimizó su impacto al nivel de la burla. Rápidamente
los EEUU pasaron a ser el epicentro de la pandemia, más de cie mil
norteamericanos muertos le ha costado ese "honor" tal cual como lo
califica su presidente, esa especie de "cowboy psicópata" llamado
Donald Trump.
Morir por la economía
La administración Trump priorizó el sistema
económico por encima de sus ciudadanos. Las medidas adoptadas apuntaron a
proteger y mantener el estatus económico de una minoría, se emitieron billones
de USD (de los llamados inorgánicos) para garantizar la continuidad y la
“normalidad” en la generación de la plusvalía explotadora, aunque en honor a la
verdad y a la realidad todos los dólares deberían pasar a estar bajo esa
denominación de inorgánicos, pues es un hecho demostrado que no tienen valor
real o su correspondiente en riqueza que los respalde. En un sentido irónico,
diríamos que es una moneda falsa. Y precisamente fueron unos supuestos 20 USD
falsos los que desencadenaron el peor estallido social desde el asesinato de
Martín Luther King. La imagen criminal de un policía blanco, la representación
por excelencia de la "ley y el orden", oprimiendo con su rodilla el
cuello de un norteamericano afrodescendiente (George Floyd) hasta su muerte, es
la materialización más atroz del sistema norteamericano.
El paladín de los DDHH
Venezuela ha sufrido la injerencia más descarada y
criminal por parte de los políticos norteamericanos de turno. El tema de la
supuesta “violación” de los Derechos Humanos por parte del Estado sobre los
venezolanos es uno de sus argumentos preferidos. Han tratado por todos los
medios de demostrar que la situación interna es responsabilidad exclusiva del
Gobierno constitucional y que las sanciones criminales no tienen más que ver.
Han estimulado por todos los medios posibles el malestar social con la
intención de llegar al punto de impulsión de la sociedad venezolana, tarea
encomendada al cipayo principal, pero la ineptitud patológica, crónica e
inconmensurable de este personajillo lo inhabilita para cumplir esta o
cualquier otra orden. Ha convocado marchas que tengan como destino final el
Palacio de Miraflores para "desalojar" al presidente legítimo de los
venezolanos. Esa élite política gringa que sueña con sacar a un pueblo de su
sede de gobierno, tuvo que irse a las catacumbas antinucleares (literalmente)
el domingo en la noche, cuando un pueblo enardecido, indignado y cansado llegó
a la Casa Blanca exigiéndole respuestas y su responsabilidad al inquilino de
dicho inmueble. Justicia poética, diríamos.
¿Estaremos ante el despertar del pueblo
estadounidense? Todavía es muy temprano para responder esta interrogante. Lo
que sí sabemos es que la vida para algunos esta llena de amargas ironías.
HUGBEL ROA
@hugbelpsuv