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Gobierno colombiano es responsable ante Comunidad Internacional por acciones terroristas en Apure

Mina explosiva sembrada por narco paramilitares colombianos
Prensa Presidencial

Publicado: 06/04/2021 04:12 PM

Las acciones irregulares que grupos colombianos han trasladado a territorio venezolano por la frontera del estado Apure, constituyen una agresión cuya responsabilidad por acción u omisión es del Estado colombiano, estas vienen a ser una extensión de los multimodales ataque desestabilizadores del actual gobierno colombiano en su constante lucha por destruir a las instituciones venezolanas a solicitud de su amo y jefe político estadounidense cuyas estrategias parecen generarse en las reuniones de representantes políticos estadounidense y europeos con el gobierno colombiano recientemente en el norte de Santander territorio del vecino país, cercano a la frontera venezolana.

 

Al cambiar los decisores en el imperialismo, se cambiaron las estrategias en no continuar atacando por la frontera del occidente, la tradicional y visual políticamente como lo constituye el estado Táchira, sino que ahora implicaba trasladar a otros espacios a los actores y ejecutores de las acciones gobierneras colombianas, las cuales recaerían en grupos paramilitares de ese país que siempre han tenido a la carta los líderes políticos e incluso estando a merced de quien ocupe la casa de Nariño.

 

Estudios demuestran que los paramilitares o grupos subversivos colombianos, actúan no solo para obtener prebendas económicas y sostenerse en el tiempo, sino para obtener o mantener su aquiescencia  política estadal dentro de su país por parte de las autoridades  y así ejercer su rol de defensor o ayudante de la supuesta institucionalidad, dado que por razones de conflictividad interna al propio ejército le es imposible no solo cuidar del territorio patrio sino cumplir con las exigencias externas estadounidense de calentarle las fronteras a los vecinos y en el caso de Venezuela desestabilizar al gobierno para  lograr cambios políticos como estrategia de deslegitimación al estilo de acciones impuestas en el Medio Oriente contra países y gobiernos como el de Irak, Libia,  y Siria a los que el estado islámico(ISIS) ataca, cuyos grupos han sido creados por intereses imperiales estadounidense y que en Latinoamérica no son más que esos grupos de mercenarios que actúan desde la Republica de Colombia.

 

Lo inverosímil en este caso, es que se pretenda con interlocutores externos y el apoyo de adulantes internos, deslegitimar las acciones de defensa en ejercicio de la soberanía nacional que está implementando las FANB, cuya potestad no solo es legítima, sino que es obligada como lo establece la constitución de la Republica y el propio Derecho internacional Público a los Estados soberanos, para que ningún grupo armado por mandato de un gobierno externo puede incursionar en el territorio patrio pretendiendo atacar a las instituciones nacionales, pues ello constituye una agresión por parte de quien los está protegiendo que en  este caso se trata del gobierno colombiano, quien en una actitud rastrera como muchas de las que ha implementado históricamente, se encuentra involucrado de manera flagrante, cosa que algunos eruditos pudieran desmentir, pero sin embargo, basta con revisar el historial y las propias declaraciones públicas del presidente Iván Duque quien ha manifestado públicamente su interés inquebrantable por un cambio de gobierno en Venezuela.

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Un Estado soberano no tiene que explicar la defensa de su territorialidad, en cualquier país donde pueda ocurrir una situación parecida, de inmediato se observa la unión de la población sin distingo político, religioso o de cualquier causa, en función de la defensa nacional, y externamente el gobierno colombiano en respeto al Derecho Internacional, a la convivencia pacífica y demás principios de la carta de la ONU, debe actuar para neutralizar los ataques y capturar a los irregulares en pro de la paz y buena vecindad de los pueblos bolivarianos y latinoamericanos, sin privilegiar intereses de potencias hegemónicas mundiales como es el caso.

 

Esa decisión de trasladar el conflicto o ataque a la frontera del estado Apure por parte del gobierno colombiano y el interés de calentar la frontera por el lado del Esequibo, constituyen acciones injerencistas mediante ataques multimodales diséñanos desde el imperialismo estadounidense y ejecutados por un gobierno cómplice para intentar desgastar al gobierno de

Venezuela quien se encuentra abocado a solucionar crisis económica interna que también es otra serosidad de poderosas oligarquías externas que han encontrado apoyo en líderes  o grupos dentro del país.

 

Los organismos internacionales no deben invisibilizar lo que ocurre en la frontera colombo- venezolana por el estado Apure, porque en ello parece implicado el Estado colombiano de la manera más sigilosa ya acostumbrada en múltiples oportunidades, lo cual no le eximen de culpabilidad al no mantener el debido control de sus nacionales con sus actuaciones paramilitares si el caso fuese que no los estuviesen mandando como pare de la estrategia guerrerista multimodal implementada contra la República Bolivariana de Venezuela; la invisibilización internacional podría interpretarse como un aval a matrices comunicacionales para acusar al gobierno venezolano de violación de Derechos Humanos que permitan solicitar intervenciones de organismos internacionales en función de satisfacer apetencias imperiales.

 @rafaeliginio