El arma definitiva
Publicado: 28/04/2020 04:11 PM
Antonio Gramsci -
padre de la Filosofía de la Acción o neo-marxismo del siglo XX - fue uno de los
referentes en el pensamiento y obra de Hugo Chávez. Su ruptura con la tendencia
clásica del determinismo económico, relanzó la praxis tradicional rompiendo
los linderos de la interpretación burocrática estatal, para darle una dimensión
sustentable y universal a las luchas del proletariado. Sus lecturas fueron ampliamente
recomendadas por el Comandante Inmortal, quien en varias ocasiones leyó los textos de Gramsci,
en las alocuciones de Aló Presidente.
Nació el 22 de enero de 1891, en el pueblo de Ales, en
la isla italiana de Cerdeña. Apenas,
tres décadas antes, había concluido el proceso de reunificación de Italia,
periodo conocido como il risorgimiento. El proceso de unificación fue autoría de
sectores que se agruparon en bandos conservadores y los progresistas al mando
de Giussepe Garibaldi y Giussepe Mazzini.
Cuando Gramsci abre
los ojos Italia era un país
predominantemente rural y económicamente deprimido; a excepción de algunas zonas del norte donde había ocurrido la instalación de un
vasto, complejo y avanzado tejido
industrial.
En el transcurso de
la segunda mitad del siglo XIX, la bota del mediterráneo fue el escenario de
tres guerras de independencia. Italia no existía como unidad político
territorial, era como un archipiélago desarticulado de Estados Pontificios y
provincias gobernadas por dinastías extranjeras.
Turín era uno de los
grandes centros industriales y motor de la organización sindical. Hervía un coctel de agitaciones obreras
mezclado con las nuevas corrientes del pensamiento socialista. Allí tuvo epicentro la escuela positivista italiana,
allí se fundó el Laboratorio de Economía Política, nació la Ciencia
Criminalística; Garófalo y Lombroso inauguraron el Museo de Antropología
Criminal y fue sede del darwinismo social. Enrico Ferri rebatía el positivismo
biológico de Darwin, rechazaba la escuela atávica, dirigía el periódico Avanti,
dictaba cátedra de socialismo y
sumaba partidarios con su torrencial oratoria.
Desde esa convulsa
plataforma, Gramsci, como estudiante, periodista y luchador social, retoma el testigo de Carlos Marx, reformula
“El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo y propone un “Nuevo Orden”. Un anti
sistema de fuerzas sociales organizadas, un nuevo orden producción, un
contrapeso popular de cooperación y relaciones socio económicas, un nuevo
hombre, un nuevo mundo.
En su obra desviste
la farsa hegemónica, describe la la
súper estructura de dominio, desmantela la sanctasanctórum de la diabólica trinidad capitalista: religión, educación
y medios de comunicación. Es decir alienación mental, la opresión del pensamiento
y la anulación de la acción. Este diminuto caballero del arte de la escritura abre
con su elocuencia y erudición abrió las
compuertas a la humanidad, a una nueva
era de gobiernos de los pueblos para los pueblos.
Su inagotable
capacidad organizacional y producción literaria, tanto en el plano de la
fundación del Partido Comunista Italiano como en la lucha contra el
advenimiento de los camisas negras al poder, lo convirtieron en blanco de
intrigas intestinas y arrestos policiales. Finalmente fue llevado a juicio por
la naciente dictadura. Por la calidad de su obra, agudos análisis y críticas,
el Ducce llegó a considerarlo como enemigo nro. 1 de sus despropósitos totalitarios.
Durante sus once años
de prisión (1926-1937), en condiciones
insalubres e inhumanas, se le cayeron
todos los dientes, su salud se deterioró
al punto de la muerte. Sin embargo, su férrea fuerza de voluntad lo incorporó
para redactar su monumental obra póstuma “Cuadernos de la Cárcel”; 36 cuadernos manuscritos sobre teoría
y praxis política, y más de 3.000 páginas que cubren un amplio espectro de
temas como: hegemonía cultural, ideología burguesa, superestructuras del
capitalismo, status quo, nuevo orden mundial, sociedad civil, fordismo, fascismo.
Revolución Francesa, La Comuna de París, filosofía, lingüística, bloques
históricos, religión, folclore y sabiduría
popular.
Este heroico acto de
última voluntad, escrito en medio de enfermedades crónicas y toruras
carcelarias, es un testamento político para la humanidad, un eficaz manual de
acción y organización comunitaria, un inmenso tesoro de luces para la
liberación de los pueblos y un inventario de armas socialistas contra el
capitalismo neoliberal.
Pese a la condena de
muerte que Benito Mussolini había impuesto sobre “el cerebro de Gramsci”,
su testamento pudo salvarse de la
barbarie fascista gracias a sus compañeros de cárcel del Partido Comunista
Italiano, quienes lograron ocultarlos y finalmente los publicaron, trece años
después de su muerte, en 1950.
El odio post mortem de Mussolini no pudo
contra el inmenso arsenal ético y moral de Gramsci, ni menos aún con la
obra escrita del más lúcido pensador
marxista y refundador de las Ciencias
Sociales y Políticas del siglo XX. Como dice el ruiseñor de Catuche, Aquiles
Nazoa:
“La ideas no pueden
ser degolladas.”
Sus escritos podemos
encontrar el más preclaro manual de organización social y acción política,
síntesis de ellos son estas frases suyas.
“La realidad esta
definida con palabras. Por lo tanto quien controla las palabras controla la
realidad. Decir la verdad es siempre revolucionario”.
Instrúyanse, porque tendremos
necesidad de toda vuestra inteligencia. Movilícense porque tendremos necesidad de todo vuestro
entusiasmo. Organícense porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza”
Temiendo que la
fuerza de sus ideas y escritos escaparan de la prisión, se filtrara en la
conciencia colectiva y fuera la antorcha que iluminara el camino de los pueblo,
sus verdugos se encargaron de demoler su precaria salud y acelerar su muerte.
Falleció víctima de sus carceleros a los 46 años de edad.
Esta semana se
cumplieron ochenta y tres años de su temprano vuelo a la eternidad. En su honor
celebramos la vida, obra y legado de quien lo dio todo por la causa más noble:
la sobrevivencia de la humanidad, o lo
que es lo mismo el fin del capitalismo neoliberal, bárbaro y depredador.
El mejor homenaje a
Gramsci y a nuestro Comandante Inmortal ,
es ver, y tomar conciencia de como el más grande de todos los imperios
tiembla ante la organización social, la fuerza moral y el espíritu de lucha del
gran pueblo bolivariano.
¡Unidad, Lucha,
Batalla y Victoria! ¡Venceremos!
ALEJANDRO CARRILLO
a.carrillo.g.2019@gmail.com