Chavistamente: El ocaso de Alimaña
Publicado: 19/06/2019 03:59 PM
Pobre
Juanito Alimaña ¿Pobre?, bueno no, pobre no; gafo. Qué gafo Juanito
Alimaña, que se creyó el cuento presidencial, que con ese ancho de
nariz, con ese colorcito, se creyó que era como Leopoldo, del mismo
linaje, o mejor, para él que es pitiyanqui, como Obama, y en fotos con
filtros sepia imitaba las poses “carismáticas” de Barack, como
recomendaron sus geniales asesores de imagen, mientras por la espaciosa
cabecita de Fabiola cruzaba el alivio de no parecerse Michelle, o sea.
El
estudiante nalgas blancas cambió la franela por un flux y corbata, su
disfraz de presidente, creyendo que el hábito hace al monje. Una vez
disfrazado, se dispuso a hacer lo que, según él, debe hacer un primer
mandatario, o sea, forrarse de billete.
Generoso
con sus panas, atendió al deseo de que los pusieran donde “haiga” y
donde había, había mucho porque, con la ayuda de los gringos, se
apropiaron de fondos mil millonarios de las cuentas de PDVSA, el BCV,
Citgo… y todo era Rumba, tragos, jet privados, cocaína, prostitutas y
claro, el carrazo convertible de rigor que debe tener todo nuevo rico.
Forrado
de billete, Juanito Alimaña se creyó igual, olvidando que él solo puede
ser igual a la gente de El Cafetal, porque más arribita, en la escala
social, digamos, en Prados del Este -¡ni hablemos del Country!-, ni él
ni la catirita lavada con cara de portuguesa de panadería que presenta
como Primera Dama, cuelan. Lo digo porque sé que así son las cosas por
eso lares.
Si
hay algo que la oligarquía no perdona es la parejería: esa insoportable
maña que tiene la gente común y corriente de creerse igual a quienes sí
tienen pedigree. Ese tuteo insoportable que se convierte en pecado
capital cuando coge vuelo propio, como quiso volar Alimaña, olvidando
que está ahí solo para servir a sus dueños, no para ser dueño él.
Aparte
del tuteo, el fracaso. ¡Eso es mucho con demasiado! Juanito fracasó
rotundamente, terriblemente, no tumbó a Maduro en 24 horas, como lo
anunciaron sus titiriteros Marco Rubio, Pence, Pompeo y Bolton allá el
23 de enero. Tampoco lo tumbó un mes más tarde, cuando “sí o sí”
Venezuela sería invadida desde Cúcuta. Tampoco lo tumbó el 30 de abril,
ni en mayo, ni en junio y eso que contaba con el respaldo del gobierno
más sanguinario del mundo, no se puede fracasar así… Pero Juanito
Alimaña Fracasó.
Nadie
quiere a Alimaña, porque si hubiera tumbado a Maduro, si hubiera
logrado su mantra de “cese de la usurpación, gobierno de transición, y
elecciones libres”, lo habrían sacado del medio en cuestión de un par de
meses y ya, pero se quedó atrapado en el limbo del ni pa’lante, ni
pa’trás, atrapando con él a un montón de gobiernos que los habían
reconocido como presidente legítimo y bla, bla, bla… Hay que quitárselo
de encima y, para estos casos, siempre hay una puerta trasera con un
basurero donde botar la basura.
¡Sorpresa!
Hace unos días, una página antichavista publicó, con todo y facturas,
la marramuncias de Guaidog y si pandilla. Resulta que alguien descubrió
lo que venimos diciéndoles desde hace aaaaños: la oposición se roba
todos los reales que pasen por sus manos, y si no pasan, van y cruzan la
frontera para que pasen.
El
cuento es que ahora están furiosos con el bichito que, sin poder
siquiera sacar a Maduro, se robó un realero y puso a robar a sus panas,
excluyendo a los ladrones de toda la vida, justo ahora, cuando el botín
es enoooorme, jugoso, cuando es tanto que daría para que robaran todos,
pero Guaidog no es adeco, explicó con agudeza nuestro ministro
psiquiatra: Guaidog y su partido, Voluntad Popular, roban pero no dejan
robar.
Mientras
Alimaña da patadas de ahogado, ordenando investigaciones que ya se
hicieron y lo dejaron mal parado, sus aliados, que no son ni aliados ni
suyos, se lo irán quitando de encima, como a una peste. Tendrán los
gobiernos atrapados en el limbo del reconocimiento presidencial fallido
su ruta de escape y se apartarán fingiendo indignación en nombre de la
ética, la moral y las buenas costumbres que no tienen.
“Que
se cocinen en su propia salsa”, es la respuesta chavista a estos casos
cuando la gente, indignada y con razón, exige que metan presos a quienes
tanto daño le hacen a nuestro país. “Todo a su tiempo”, dice Nicolás al
respecto y así son las cosas: Alimaña, como toda la oposición, se
hundió solito por su ambición desmedida, reforzando así su
“indevolvible” vocación de fracaso.
Así,
al dente, cuando Alimaña caiga preso para pagar por todos sus
asquerosos delitos, no habrá una sola voz que se atreva a alzarse a su
favor. Nadie osará a embarrarse tanto.
Vivimos
el ocaso de Juanito Alimaña, otra victoria de la paciencia, la “cabeza
fría y nervios de acero” en esta guerra que no crean que con Alimaña
termina. Siempre tenemos a Maria Corina, que nos quiere gobernar, y
nadie le sigue, le sigue la corriente y los otros 39 aspirantes que
descubrió Pompeo… el enemigo sigue ahí, herido en su soberbia, jodiendo y
nosotros, por supuesto, lo seguiremos venciendo.
CAROLA CHÁVEZ
@tongorocho