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Carabobo ayer, hoy, mañana y siempre

Batalla de Carabobo 24 de junio de 1821
Foto internet

Publicado: 22/06/2022 01:06 PM

Esta frase por años ha sido y será recordada como un arrebato de alegría momentáneo del Libertador Simón Bolívar, el día 23 de junio en las sábanas de Taguanes, en medio de una arenga ante las tres divisiones del Ejército que se alistaban para trabar combate un día después en Carabobo. La misma encierra y recoge los anhelos de un pueblo que ya transitaba por una década de guerra en la lucha por su emancipación y liberación definitiva del yugo español.

La llegada de Bolívar a Carabobo, no fue por el azar de los tiempos; antes, la mitad de la población había perdido la vida en búsqueda de la libertad y la otra aspiraba correr la misma suerte.

El Libertador había logrado despertar la pasión en las masas populares y éstas habían encontrado sentido a la lucha emancipadora.  De pueblo en pueblo se sumaban centenares de combatientes para ir detrás de un liderazgo efervescente; pregonero y artífice de la unidad. Una Nación entera estaba en guerra.

La guerra se hacía larga y, para el logro de su más grande objetivo, faltaba la batalla final.

Los acontecimientos de San Félix el 11 de abril de 1817, le habían dado a la causa Patriota la seguridad territorial, la logística, la economía, la navegación mediante de una ruta con salida al atlántico y, con ello, una fortaleza sin precedentes hasta el momento.  El arrojo y la firmeza de Piar habían batido en San Félix al bastión realista y con ello se aseguró una muralla para los Patriotas.

Más tarde, en febrero de 1819, tras la instalación del Congreso de Angostura, Bolívar con su genio y visión, imparte un discurso que sentó las bases para la consolidación de la Gran Colombia, en el cual insta a los legisladores a hacer lectura de la Ley Fundamental para el nuevo destino de la República.  Asimismo, puso a disposición de éstos su mando y propone un modelo de Constitución y prefigura un sistema político basado en la igualdad, la organización profunda de las instancias de poder, con de carácter popular para combatir la opresión, la anarquía y la culpa. Propone un sistema de Justicia social y funda en Poder Moral. En ese escenario es ratificado su mando y ya se disipaban las dudas en torno a su indiscutible liderazgo, se logra la unidad de mando para impulsar la expulsión total del Imperio español de estas tierras. Allí funda Colombia.

Al llegar el año 1820, la guerra aún seguía desarrollándose con una expresión creciente de la violencia en todo el territorio. No es, sino hasta el Armisticio, en noviembre de ese año, que Simón Bolívar firma en Santa Ana de Trujillo con Pablo Morillo, un Tratado de Regularización de la guerra y es la primera vez que Venezuela es reconocida como nación beligerante, dueña de su destino y obliga a una potencia extranjera a acordar términos en los cuales sería llevado a cabo el conflicto. Es decir, España estaba reconociendo que no peleaba contra unos bandoleros, sino contra una Nación organizada, con un jefe de Estado y con un ejército de liberación.

Es así cómo antes de la Batalla de Carabobo, los hechos antes mencionados, sirven de antesala para la batalla decisiva que se da el 24 de junio de 1821.

Durante muchos años Carabobo fue mostrada como una Batalla más, casi un hecho fortuito, ocultando con ello el plan maestro de campaña que, como nos explica el profesor Ángel García, en su libro "4 Etapas de una Batalla " realmente se trató de una asonada preconcebida y planeada por el Libertador años antes.

En ese deliberado olvido nos ocultaron los métodos de organización, movilización, logística y propaganda que uso Bolívar junto a este pueblo para emprender la más grande empresa que pueblo alguno pueda atreverse a llevar adelante; una guerra por la Independencia y la Libertad.

Al llegar a Carabobo ya éramos una Nación organizada, con un gobierno con capacidad de decisión, que iba consolidando territorios, que hacía leyes y que poseía un Ejército organizado en tres grandes divisiones.

Los meses previos a Carabobo se desarrollaron las maniobras de distracción o diversión que Bolívar aplico para dividir y confundir a los realistas y llevarlos en minusvalía a las sábanas de Carabobo.

En una hora se despachó un combate que por años se pensó.  Allí se sumó el genio de Bolívar; la intrepidez de los llaneros con el mando de Páez al frente; el arrojo y la valentía de Cedeño, Plaza, Farriar, el Negro Primero y otros muchos que la Patria hoy honra.

Carabobo es ayer lo que hoy somos y lo que seremos mañana, un Pueblo libre, indómito, que resiste y lucha contra cualquier forma de opresión.

Carabobo es el farol que alumbra estos suelos y que inspiró la liberación del Sur del Continente.

Carabobo es el eterno punto itinerante que nos obliga a seguir marchando por los caminos de independencia y soberanía plenas.

Carabobo nos pertenece a todos. No es solo un altar para venir cada año a rendir honores, sino para la reflexión diaria que inspira siempre obrar en favor de los intereses comunes de las y los venezolanos.

Carabobo es este pueblo que hoy resiste y avanza ante las nuevas agresiones imperiales.

Carabobo hoy inspira a no rendirse jamás.

Carabobo es la Patria perenne.

Carabobo es la Gloria eterna.

Carabobo es la inspiración perpetua para siempre luchar por las causas justas.

Carabobo es y será fuente de inspiración para lograr la prosperidad arrebatada en una guerra injusta y desigual.

En Carabobo seguimos diciendo; MAÑANA Y SIEMPRE SEREIS INVICTOS...

JOSÉ ÁVILA