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María Corina Machado: El fascismo que se enmascara en el fracaso

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Publicado: 09/09/2024 03:41 PM

María Corina Machado ha sido una figura emblemática dentro de la oposición venezolana, pero su trayectoria está marcada por un patrón de fracasos y acciones desestabilizadoras que han dejado a sus seguidores decepcionados en repetidas ocasiones. Desde el 2002 hasta el 2024, sus intentos por socavar la estabilidad democrática de Venezuela han fallado, a pesar de sus alianzas con poderes extranjeros y sectores radicales.


2002: Su complicidad con el golpe de Estado


El primer gran episodio de su historial desestabilizador ocurrió en abril de 2002, cuando María Corina Machado firmó el Decreto de Carmona, el documento que apoyaba el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez. Este decreto, además de intentar disolver las instituciones democráticas, reflejó su compromiso con los sectores golpistas que buscaban imponer un gobierno de facto. Aunque este golpe fracasó y Chávez fue restituido en el poder en menos de 48 horas. María Corina quedó marcada como una figura cercana al fascismo que pretendía derrocar el orden constitucional.


2002: Fundadora de SÚMATE y sus alianzas con potencias extranjeras


En julio de 2002, junto con Alejandro Plaz, Machado fundó la ONG SÚMATE, que recibió financiamiento de organizaciones como la National Endowment for Democracy (NED), USAID y el National Democratic Institute (NDI), todas entidades vinculadas con intereses estadounidenses. SÚMATE centró sus ataques en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y fue parte clave de las campañas mediáticas que impulsaron el paro petrolero, otro intento por derrocar al gobierno democrático de Venezuela a través de la asfixia económica. Sin embargo, esta estrategia fracasó y el Gobierno Bolivariano emergió fortalecido.


2004: La recolección de firmas y el referéndum revocatorio


En 2004, Machado coordinó la recolección de firmas a través de SÚMATE para convocar a un referéndum revocatorio contra el presidente Chávez. No obstante, cuando finalmente se llevó a cabo, el Pueblo venezolano ratificó con contundencia el mandato de Chávez, reafirmando su apoyo al proceso revolucionario. Este fue otro fracaso en su intento por revertir la voluntad popular.


2005: Reunión con George W. Bush y vínculos con Estados Unidos


Su inclinación por las potencias extranjeras quedó aún más clara en 2005, cuando fue recibida por el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en la Casa Blanca. Este encuentro, que intentó ser percibido como una reunión entre “jefes de Estado”, evidenció sus fuertes vínculos con los intereses de Estados Unidos en Venezuela. Sin embargo, a pesar de sus intentos por obtener respaldo internacional, su influencia en la política nacional continuó siendo marginal.


2011: Fracaso en las primarias de la MUD


En 2011, se postuló en las elecciones primarias de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para la candidatura a la presidencia de la República. A pesar de su imagen mediática, solo logró obtener un escaso 3,7% de los votos, reflejando el rechazo de las bases opositoras a su liderazgo. Este fracaso en las primarias fue otro golpe a su carrera política, mostrando que no lograba conectar ni siquiera con su propio electorado.


2012: Insultos y provocaciones al Comandante Chávez en la Asamblea Nacional


Durante una sesión de la Asamblea Nacional (AN) en 2012, insultó al Comandante Chávez llamándolo ladrón, en un intento por ganar relevancia mediática a través de la provocación. Chávez, con su temple característico, le respondió con la frase histórica: “Águila no caza moscas”, marcando la diferencia entre el liderazgo revolucionario y los ataques vacíos de Machado, lo que generó su desaparición del ámbito político durante varios años.


2014: La Salida y las guarimbas


Quizás uno de los episodios más oscuros de su carrera ocurrió en 2014, cuando fue una de las principales promotoras del plan “La Salida”, que buscaba derrocar al presidente Nicolás Maduro a través de la violencia callejera. Este llamado desató una serie de guarimbas que resultaron en la muerte de más de 43 personas, muchas de ellas víctimas inocentes de la violencia fascista promovida por Machado y sus aliados. Este intento por generar un cambio de gobierno a través de acciones violentas fue ampliamente rechazado, y Machado terminó siendo destituida como diputada e inhabilitada políticamente.


2019: Apoyo al golpe de Estado en Bolivia


En 2019, Machado mostró, nuevamente, su tendencia a apoyar acciones desestabilizadores, esta vez respaldando el golpe de Estado en Bolivia que derrocó al presidente Evo Morales. Esta postura reafirmó su alineación con movimientos que buscan la intervención extranjera y la desestabilización de gobiernos legítimos en América Latina.


2023: Fraude en las primarias opositoras

A pesar de estar inhabilitada, María Corina participó en las elecciones primarias de la oposición en 2023. En este proceso, gestionado por su ONG, SÚMATE, fue declarada ganadora sin que se presentara un informe oficial, lo que generó desconfianza, incluso dentro de los sectores opositores. Este fue otro ejemplo más de su intento por manipular los procesos electorales a su favor, resultando en más desilusión para sus seguidores.


2024: Disturbios del 29 de julio


El fracaso más reciente y uno de los más violentos ocurrió el 29 de julio de 2024, tras las elecciones presidenciales en las que Nicolás Maduro fue reelecto. Machado, en su habitual rechazo a la democracia, desconoció los resultados y promovió protestas que se tornaron violentas. Los disturbios, que ella alentó, dejaron al menos 25 muertos y múltiples instituciones públicas incendiadas . Este intento por generar un golpe de Estado, a través del caos y la violencia, fue nuevamente neutralizado, y Machado, incapaz de enfrentar las consecuencias de sus actos, se declaró en la clandestinidad.


Conclusión


El historial de María Corina Machado está plagado de fracasos que evidencian su comportamiento fascista y desestabilizador. Desde el golpe de Estado de 2002 hasta los disturbios del 29 de julio de 2024, ha demostrado que su única respuesta a la democracia es la violencia. A lo largo de más de dos décadas, ha engañado a sus seguidores con promesas de cambios que nunca llegaron, mientras sus acciones solo han traído muerte, destrucción y desilusión. La historia de María Corina Machado no es la de una líder, sino la de una agitadora incapaz de aceptar la voluntad popular y obsesionada con el poder a cualquier costo.

REDACCIÓN MAZO