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LA MASACRE DE MY LA ¿Quién Comparte la Culpa?

Publicado: 20/03/2024 09:00 PM

  • Las denuncias y evidencias gráficas que delataron la crueldad de un genocidio 
  • (Revista Time, 2 de abril de 1972 - Granma, 21 de diciembre de 1969)
  • Durante la administración Nixon, en la mañana del 16 de marzo de 1969, una aldea habitada por indefensas familias campesinas fue arrasada por marines yanquis, de la Compañía C, Charlie, pertenecientes a la 11ra. Brigada de la 23va. División de Infantería de Marina de los Estados Unidos al mando del teniente William Calley.
  • Este asesinato masivo se mantuvo en secreto hasta que, un año y medio después, fue sacado a la luz pública, gracias al informe “in situ” elaborado por el Cap. Hugh Thompson, a las cartas de algunos soldados y a la publicación de un editorial del destacado analista Seymour Hersh, el 3l de noviembre de 1969, en el diario Dispatch New Service. 
  • Una semana después, el 20 de noviembre de 1969, el fotógrafo Ronald L. Haeberle, destacado en esa unidad de infantería para registrar la acción militar, publicó, en el diario Cleveland Plain, todas las fotos tomadas desde su propia cámara a color. Las fotografías oficiales de esa misión militar estadounidense, tomadas con la cámara del ejército, fueron decomisadas por la alta jerarquía militar del Pentágono, y mantenidas en secreto hasta que estalló el escándalo.


EL ASESINATO EN MASA

  • Temprano ese día, a las 7:00 am, la compañía Charlie aterrizó en helicópteros en la aldea campesina de My Lai, ubicada en la región de Son My. La orden era pasar por las armas a todos los habitantes de la misma. 504 personas indefensas fueron asesinadas. 
  • La masacre duró unas cuatro horas y fue comandada por el propio Tte. Calley.
  • Las mujeres fueron atadas a los árboles y violadas en grupo, luego sus senos y dedos fueron mutilados y rematadas con tiros de gracia en el cráneo.  
  • Muchas aldeanas quedaron atrapadas dentro de sus chozas que fueron incendiadas y perecieron incineradas; los que salían corriendo eran esperados por las ráfagas de ametralladoras disparadas a discreción por los marines con rifles de asalto M-16 o alcanzados con lanzagranadas N-35 en los arrozales aledaños al caserío.  
  • Un centenar de campesinas con sus hijos e hijas fueron amarradas y llevadas hasta unas zanjas cavadas a orillas de las carreteras donde fueron ajusticiadas con sus pequeños.   
  • Durante la carnicería, algunos soldados expresaron su inconformidad con el salvaje procedimiento. Aquellos que estaban renuentes a disparar fueron amenazados con ser fusilados en el acto o llevados a Consejo de Guerra. 
  • Al final de la masacre toda la unidad estaba convencida de la inmoralidad de lo que habían hecho. Pasado los años algunos fueron sometidos a tratamiento psiquiátrico, con fuertes descargas de electroshock y poderosas dosis de toda clase de ansiolíticos y antidepresivos. Otros simplemente no pudieron convivir con estas memorias y se suicidaron.
  • Lo ocurrido en My Lai es tan solo una de las tantas masacres cometidas de la misma manera por el ejército de los EEUU durante la Guerra de Vietnam, contra poblaciones desarmadas de que se tenga conocimiento público. La diferencia radica en que fue denunciada por osados periodistas, audaces fotógrafos y valientes soldados que no acataron la orden genocida y pusieron en jaque al status quo armamentista que gobierna ese país. 
  • Los cientos de miles de casos de campesinos (as) rociados con Agente Naranja han dejado secuelas irreversibles que merecen reparación. Esto es tan solo uno de los tantos ejemplos que ameritan admisión de culpa y sentencia firme condenatoria.
  • Pasados 51 años, este crimen de guerra continúa suspendido en el tiempo como un delito de Lesa Humanidad, aún impune.  Las vidas de 504 aldeanos survietnamitas aún claman por la justicia e indemnización que los EEUU siempre se ha negado a dar y reconocer. 
  • Cuatro años después, la revista TIME de Nueva York destacó al autor material de la carnicería en su portada a todo color (Tte. William Calley); inquiriendo acerca de la responsabilidad intelectual de la Casa Blanca. 
  • La autoría intelectual descansa en todos los presidentes, inquilinos de esa mansión, quienes durante 20 años dieron la orden de bombardear y exterminar al ejemplar Pueblo de Vietnam.
  • Al Cap. Hugh Thompson, por su informe, le tocó enfrentar toda la persecución interna. Sin su intervención, la Compañía Charlie hubiera perpetrado actos de la misma naturaleza en otras aldeas de Vietnam del Sur, sin que se dijera nada sobre el modus operandi de estas misiones genocidas. Personalmente arriesgó su vida y escoltó a varios sobrevivientes vietnamitas hasta lugares seguros u hospitales para que no fueran masacrados. Posteriormente, fue condecorado cinco veces su ejército estadounidense, e invitado por el revolucionario gobierno de Vietnam para inaugurar una escuela en el mismo sitio donde se perpetró la masacre. 
  • Por su parte, el autor material de este hecho, Tte. William Laws Calley, fue indultado por el presidente Nixon, y aun vive impune en la soledad de sus recuerdos, escondido en un pueblo de Atlanta y protegido como otro de tantos criminales de guerra.

REDACCIÓN MAZO