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El origen de la Internacional Fascista

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El fascismo es un fenómeno que nació en Europa en el período entre las dos Guerras Mundiales
Algor Cards

Publicado: 04/10/2024 05:00 PM

El fascismo es un fenómeno que históricamente se remonta a Europa, en el período entre las dos Guerras Mundiales, sin embargo, la falsa creencia de dominación profunda del capitalismo y el avance imperial que estamos viviendo hoy, nos obliga a revisar aquel vergonzoso momento.

Para entender mejor el avance fascista en la región, este año el investigador Diego González Porras desarrolló un trabajo llamado Fascistas de Latinoamérica en los años 30 publicado en los Cuadernos de Urgencia por el Centro para la Descolonización en el que detalló que “el fascismo histórico quedó marcado en el imaginario de la humanidad por el régimen de odio instaurado por Hitler y Mussolini y que llegó a identificarse con el mal, expresado en genocidio orientado por el supremacismo racista, el totalitarismo y la violencia”.

También, el intelectual y político martinico, Aimé Cesaire, comentó que “los horrores del nazismo se habían ejercido por las potencias europeas, sin disimulo y con saña, contra sus colonias, especialmente cuando se levantaban o se mostraban ariscos a la dominación”.

Teniendo esto claro, se deben mencionar los crímenes cometidos por las potencias europeas contra los pueblos originarios de América, las barbaries que hicieron en África y Asia contra vietnamitas y malgaches, o en el Congo con el exterminio y la explotación encabezado por el rey de los belgas y en las masivas masacres en China, en la que participaron estadounidenses, japoneses, alemanes, británicos y en general todas las potencias coloniales que se disputaban el botín.

También destacó el investigador González Porras que “la burguesía europea, en el fondo lo que no le perdona a Hitler no es el crimen en sí, el crimen contra el hombre, no es la humillación del hombre en sí, sino el crimen contra el hombre blanco, es la humillación del hombre blanco y haber aplicado en Europa procedimientos colonialistas que hasta ahora solo concernían a los árabes de Argelia, a los coolies de la India y a los negros de África, ese es el tono de su discurso sobre el colonialismo”.

González Porras recordó que el fascismo y el nazismo surgen como reacción a la rebelión de sus Pueblos, “el fascismo italiano nace de obreros desempleados y soldados sin esperanza de encontrar un lugar en la Italia destruida por la guerra; con la simpatía de los sectores medios que despertaron su pánico ante la revolución. Comienza como grupos de choque contra las huelgas y consejos de fábrica, contra los comunistas y socialistas; a palos se imponen y se colocan al servicio de la burguesía; no en vano Mussolini llegó a decir que el fascismo no tiene una ideología totalmente definida, su filosofía es la acción”, recalcó.

La burguesía es la mejor aliada del fascismo y recurre a sus sicarios para preservar su poder y sus riquezas, para aplastar al Pueblo rebelde. De la misma manera siguieron Hitler y los nazis. También, Franco en España se alzó contra la República y la amenaza que significaba para las fuerzas que tradicionalmente habían dominado en aquellas tierras.

En América Latina, secuestrada por el gran capital y las potencias o superpotencias como colonias, semicolonias o neocolonias, el recurso de la violencia, el exterminio o la represión tiene una diferencia, y es que el apoyo fundamental a estos regímenes es el del imperialismo.

Incluso en América, podemos recordar cuando en El Salvador en 1932 fueron exterminadas decenas de miles de personas después de una rebelión campesina, a través de una práctica claramente documentada, de obligar a cavar sus propias tumbas a quienes después serían fusilados y casi toda la población indígena hablante del nahua fue exterminada.

También vimos que durante los años cincuenta, no sólo fue derrocado en Guatemala Jacobo Arbenz para imponer un largo ciclo de dictaduras, sino que en Cuba estaba Fulgencio Batista; en República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo; en Venezuela, Marcos Pérez Jiménez; en Nicaragua, Somoza; entre otros. En 1964 se impuso la dictadura militar en Brasil y se inició el reino de Francois Duvalier en Haití. En los años setenta se impusieron, por sangrientos golpes de Estado, las dictaduras en Chile, Argentina, nuevamente en Uruguay, y siguieron en Paraguay, Brasil y Bolivia.

El principal apoyo a estas dictaduras, antes de la Primera Guerra Mundial, se repartía entre las potencias coloniales (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia…); luego de la Segunda Guerra Mundial, con la consolidación de EEUU como potencia imperialista hegemónica, el apoyo a las dictaduras en la región ya no se repartió, todas han sido apadrinadas por el gobierno estadounidense. No por casualidad, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) fue creada después de la Segunda Guerra Mundial.

Varios autores coinciden en la identificación de los rasgos comunes del fascismo: el culto a la violencia, el desprecio por la clase trabajadora, la postulación de la supremacía de un grupo humano sobre los demás, por ejemplo, el llamado supremacismo blanco que intenta revivir Trump, o la supremacía de la gente decente, el racismo, la invención de un enemigo de la humanidad, como el comunismo.

El escritor Jesús Eloy Gutiérrez publicó en 2010 un libro llamado Catolicismo y fascismo en la prensa católica hispanoamericana durante la entreguerras: Venezuela y España,  en el que explicó que “en Iberoamérica, inmediatamente después de la Marcha sobre Roma, el ideario fascista empezó a conocerse y a ganar adeptos”;  la expansión de esas ideas en Latinoamérica estuvo a cargo de la Iglesia Católica, cuya jerarquía mostraba una preferencia por los regímenes fuertes opuestos a la democracia, el liberalismo, el socialismo y el comunismo.

Gutiérrez que en Venezuela, estos mensajes llegaban a través del diario La Religión, vocero de la Iglesia Católica venezolana, en el que en 1927 se publicaban editoriales alabando a Mussolini, donde se referían al italiano como “un ilustre estadista, esclarecido y jefe de Estado italiano, cuya personalidad llama poderosamente la atención del mundo entero por ser de aquellos cerebros privilegiados, dotado de las más envidiables dotes de regenerador de Pueblos que sacrificó sus propias comodidades personales para enrumbar los altísimos destinos de su patria”.

Es así como el fascismo comenzó a estructurarse en una ideología que pretende regresar a los tiempos de dominación y colonialismo, el problema que tienen ahora es que los Pueblos ya no son los mismos, están dispuestos a ser libres, independientes y soberanos porque la historia nos recuerda lo que hemos pasado y logrado, que hoy en día, no estamos dispuestos a perder.  

 

AMELYREN BASABE / REDACCIÓN MAZO