Publicado: 19/06/2024 09:00 PM

Así declaró el ministro de Relaciones Interiores Carlos Andrés Pérez

(Clarín, 21 de julio 1962)

• En el marco de la doctrina de Rómulo Betancourt, denominada “Nueva Era Democrática”, también conocida como “disparen primero y averigüen después”, el entonces ministro de Relaciones Interiores, Carlos Andrés Pérez, en una rueda de prensa convocada en su despacho, confesó que “éste es un gobierno que no tortura, solo que hay momentos en que los detenidos políticos se resisten y entonces los policías, tal vez debido a su mala educación, golpean a los detenidos y les causan hematomas… También cuando es necesaria una declaración, los encargados de la investigación aplican la fuerza para obtenerla…”
• Sobre este particular el periodista del diario Clarín preguntó: “¿Es lo que se llama grado 33?”
• “Se le podría llamar así”, respondió el ministro.
• “¿Cómo se puede evitar esto?”, repreguntó el periodista. La respuesta de Pérez fue que “si usted ve los noticieros internacionales, pasados en los cines, se dará cuenta que en otros países más adelantados, cuando se trata de disolver una manifestación los guardias emplean la fuerza… no es que yo quiera excusar los métodos aquí empleados, pero así es la cosa”.
• El periodista insistió: “Doctor: En varias oportunidades se ha visto que los agentes cuando practican alguna detención golpean con el rolo o con el revólver al detenido ¿Por qué?”. Pérez ripostó: “Eso se debe a lo que ya señalé anteriormente, sobre la mala disposición de los policías al efectuar un arresto. Debido a esto es que el detenido presenta señales de maltrato…”
• Posteriormente el ministro Pérez siguió confirmando la versión oficial del suicidio en un calabozo del SIFA del dirigente obrero, José Gregorio Rodríguez.
• Todo fue desmentido por la esposa del occiso, quien fue testigo presencial de las torturas, antes de que su esposo fuese lanzado de espaldas desde un sexto piso en la sede de ese cuerpo policial.
• Rodríguez presentó, según el informe forense de la Comisión de Política Interior de la Cámara de Diputados, heridas de arma blanca, ruptura interna de órganos y signos de torturas infringidas por los agentes de ese cuerpo policial. Por lo que era falsa hipótesis de suicidio o muerte accidental.

REDACCIÓN MAZO